Un guarda sorprende a un individuo pescando en un lugar prohibido:
- Tengo que multarle - dice.
- ¡Por favor; guarda, si no he pescado nada!
El guarda toma entonces un envoltorio de papel de periódico en el que hay cinco peces.
- ¿Y esto?
- ¡Vamos, guarda, no me diga que le va a hacer caso a todo lo que traen los periódicos!

Un joven pide fuego a un señor:
- ¿Tiene una cerilla?
- Si, tengo varias.
- ¿Me da una cerilla?
- ¿Cuál de ellas?
El joven queda pasmado.
- 1Esta juventud ya no sabe lo que quiere!

Un amigo a otro:
- He visto una mujer... qué piernas, qué bien formadas, y qué cuerpo...qué maravilla.
- ¿Y de cara?
De cara, ¡carisima!

- ¿Cuál es el colmo de un pianista?
- Que su mujer se llame Tecla y la toque otro.

En el metro.
- Por favor, señor: ¿me deja el asiento?, es que estoy embarazada.
- ¿Y esta usted de mucho tiempo?
- No señor, de un cuarto de hora.

Señora: ¿Tienen zapatos de cocodrilo?
Dependiente: No, señora. Se han terminado.
Señora: Lo siento, cocodrilo, te quedas sin zapatos.

Suena el timbre de la puerta y pasa el fontanero:
- Vengo a arreglar el baño.
- El baño está perfectamente.
- ¿No vive aquí Juan Sístole?
- No, se mudó hace un año.
¡Piden un fontanero con urgencia y se mudan de piso!

- ¿Me da un vino?
- ¿Blanco o tinto?
- Es igual; es para un ciego.

Un cura en la homilía decía:
- Dios nos hizo a su imagen y semejanza.
Entonces se levanta un pobre paralitico, jorobado y manco, y dice:
- ¿Y conmigo; entonces, hizo un experimento?

En una consulta del psiquiatra la paciente le dice al doctor:
- Mi familia me ha hecho venir. Creen que estoy desequilibrada, y sólo porque me gustan los pasteles de crema. ¿Piensa que esto es motivo suficiente?
- Pues claro que no. A mi también me gustan mucho.
- ¿Ah, sí? Pues v5ngase un día a mi casa para que le ense6e la colección. Tengo tres maletas llenas.

Va un jorobado a un estanco y pide un paquete de Camel. Al salir a la calle se le cae el paquete al suelo y un señor que pasaba por allí, va y le dice:
- Oiga; señor, se le ha ca4do el carnet de identidad.

Un hombre va al médico y le dice:
- Tengo un problema enorme. Mi hija mayor se cree que es una gallina.
- ¿Y por qué no la lleva al manicomio? Hombre, porque necesito los huevos.

Un loco está leyendo obsesionadamente la guía telefónica. Se le acerca otro y le pregunta:
- ¿Cómo va la novela?
- Muy buena, buenísima, ya la estoy acabando, pero encuentro que tiene demasiados personajes.

Esta vez van dos amigos muy tristes ambos.
- Hola, Paco. Te veo muy triste.
- Sí, es que se acaba de morir mi mujer...
- Pues vaya día que llavamos. A tí se te muerte la mujer y a mí se me pierde el bolígrafo.